En estos días hay una batalla para donde uno mire. Continuamos luchando contra una pandemia. Estamos lidiando con reactivar la economía de nuevo. 2020 es un año de elección presidencial (¡basta solo mencionarlo!). Hay un continuo debate de cómo vamos a regresar a los niños a la escuela. Cada día el ciclo de 24 horas de noticias está lleno de peleas, contiendas, interminables debates, y un bombardeo de negatividad.
Adicionalmente, muchos luchamos dentro de nosotros con un sentido de perdida y soledad. Otros están frustrados y hartos. Más tiempo con la familia ha resultado en mayores dificultades relacionales. Nuestras emociones batallan para recibir la paz y el gozo de las promesas de Jesús (Juan 14:27; 15:11). Tenemos nostalgia por la “normalidad” que cada vez parece menos probable que regresará pronto.
Finalmente, todo esto se acumula y nos lleva a contender con Dios y Sus misteriosos caminos.
Sin embargo, la Palabra de Dios permanece firme, y Dios todavía habla por medio de ella. 1 Pedro 5:8 nos dice “Sean de espíritu sobrio, estén alerta. Su adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar.” En este versículo vemos que la vida de hecho es una batalla, pero Dios prescribe un plan de batalla que inicia en la mente.
¿Estamos ganando la batalla en nuestras mentes?
La condición mental clave que Dios quiere que tengamos en un mundo en constante guerra es la de un “espíritu sobrio”. Pablo incluso le dijo a Timoteo mientras lidiaba con sus propias batallas que tuviera esta actitud (2 Timoteo 4:5). ¿Pero qué es un “espíritu sobrio”?
Se refiere a mantener una mente clara y balanceada, operando con un pensamiento equilibrado. Una mente sobria no se distrae de lo que es lo más importante, el Evangelio, (1 Corintios 15:3) ni se desvía. En otras palabras, en un mundo de extremismo, con una proliferación de idiosincrasias, interminables temas favoritos y manías extravagantes, la “mente sobria” mantiene un enfoque fresco, implacable y apasionado por la esencia de la fe.
Consideremos más de las palabras de Pablo a Timoteo a medida que lo instruye…
- A no discutir sobre palabras y evitar “palabrerías vacías” (2 Timoteo 2:14-17)
- A no enredarse en “fábulas profanas” (1 Timoteo 4:7)
- A no enfocarse en “razonamientos necios e ignorantes” (2 Timoteo 2:23)
Y en una oración resumida, Pablo explica su razonamiento en 1 Timoteo 1:4 “lo que da lugar a discusiones inútiles en vez de hacer avanzar el plan de Dios que es por fe”
¿Estamos teniendo pensamientos que ayudan nuestra fe en Dios?
En cada día, y en realidad, en cada momento de cada día, esta es la batalla que debemos pelear y que Dios, por Su gracia, nos ha equipado para ganar. ¿Cómo?
1) Admira y aprecia a Jesús.
Estudia Su vida y Sus interacciones en las historias de los evangelios. Él siempre fue el “Señor de cada situación”. Recuerda que la meta de Dios para nosotros es que seamos como Su hijo en todas las situaciones en las que Él soberanamente nos pone (Efesios 5:1; 1 Juan 2:6).
2) Pide a Jesús sabiduría (Santiago 1:5).
Antes de pensar tus pensamientos naturales, compartir tus opiniones naturales o reaccionar naturalmente, pausa y ora por ayuda. Recuerda, uno de los regalos del evangelio es la “mente de Cristo” (1 Corintios 2:16).
En mi experiencia, he desarrollado un acrónimo útil, deletreado P.A.U.S.A. que quizás sea de ayuda para ti.
P: Pecado
Esta es una confesión de mis tendencias y debilidades de desviarme con mis pensamientos. ¡Necesito ayuda!
A: Ayuda
La oración es un walkie talkie para tiempos de guerra para obtener gracia, misericordia y ayuda sobrenatural. (Hebreos 4:16)
U: Unificar mi corazón (Salmo 86:11)
Mi corazón está dividido, fragmentado y fracturado por muchas cosas. Es crucial que yo enfoque mi corazón en la supremacía y suficiencia de Cristo.
S: Ser reflejo de Cristo
Dios pone a Sus seguidores en situaciones para que podamos exhibir a Su hijo (2 Corintios 4:10) para que Jesús viva por medio de nosotros (Gálatas 2:20)
A: Alineamiento con el Espíritu Santo (Gálatas 5:25)
Estar alineado con el Espíritu Santo incluye fe, obediencia, y mostrar el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23)
3) Evalúa lo que entre en tu mente.
El dicho, “cuando la basura entra, la basura sale” aplica (Mateo 15:18). De pronto necesitas ver menos televisión o menos noticias. Quizás todas las redes sociales que consumes, aunque sean interesantes, no te ayudan. Tal vez debes dejar de no asistir a la iglesia o finalmente tener un tiempo consistente con Dios en Su Palabra. Este es el principio a aplicar: ¿Lo que permito que entre en mi mente me ayuda en mi batalla de fe, motiva mi gozo en Jesús y promueve la paz de Cristo en mi corazón?
La frase clave es “Lo que permito…” Nosotros escogemos lo que consumimos. Luego eso nos consume. ¡Consume a Cristo y dale al mundo más de Cristo! Todo empieza en nuestra cabeza.
Por tanto, preparen su entendimiento para la acción. Sean sobrios en espíritu, pongan su esperanza completamente en la gracia que se les traerá en la revelación de Jesucristo. 1 Pedro 1:13